martes, 1 de diciembre de 2009

El viento y las palabras


En ocasiones el viento se lleva las palabras, a veces, es el agua que se hace viento, para convertirse en "viengua".

Las palabras que no se acompañan con actos son: "viengua".

Hay personas que intentan invadir a otras con el halago. Halago fácil o trabajado, siempre acaba siendo repetitivo, cual estribillo de canción pop.

Hay personas que te susurran la maravilla de tu ser,  lo genial que puedes llegar a hacer todo pero, sienten gastar demasiado tiempo, si se paran a mirarte o escucharte.

El tiempo convierte a estas personas en cazadores cazados. Una vez que han hecho sentir a la otra persona como algo inerte e inanimado y no hay mas salida que irse, aparece en ellos un pensamiento, se les crea una bola de intuición, que les dice: quizá hubiera merecido la pena.
La incondicional es lo que tiene, sin beneficios para el que la da, un sinsentido para el que la recibe.

Las palabras pueden tener un gran poder, no hay que malgastarlas.

Algunas palabras, a igual que el agua, parecen no dejar huella, y sin embargo, se quedan dentro, tallando el alma poco a poco, como el vaivén de las olas.

Las promesas forman una invitación al dolor. Es difícil cumplir promesas, sobretodo, porque una vez que se hacen,  adaptamos nuestras espectativas a nuestras necesidades y se olvida en el trayecto, la verdadera intención de quien hizo la promesa.

Prefiero el viento en la cara, el agua en mis pies, a bellas palabras. No me inflo con la adulación.

La próxima vez que me veas, dame una abrazo. No prometas. No digas mas.

Just one more.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...la próxima vez...

la próxima vez no habrá deseo, solo será dicha, felicidad.

J.D.



PD: Me he caído, tropecé y me he hecho mucho daño.

Raziel dijo...

Puede que no solo tu, te hayas o te estes haciendo daño.

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