domingo, 27 de diciembre de 2009

Sexo

Hacer sexo es la mejor forma de dejar
pensamientos de lado.
La mejor manera para alejarse de lo que nos atrae de manera perniciosa.

Mejor que la meditación, que la risa o que un día soleado en mayo.

El buen sexo tiene el mismo ritmo y tonalidad que la canción de Otis Redding "try a little tenderness". Sexo con algo escondido dentro.

El deseo tiene el poder de transformar lo que toca, de crear incluso sentimientos, de teletransportar físicamente, puedes aparecer en otro país y el lugar se teñirá de ese deseo.


El sexo, sin el deseo, es un acto fisiológico . Un gustoso alivio inmediato.

El deseo a veces aturde, de tal manera, que se cree amar a la persona objeto de el.

Envuelto en jadeo, humedad, la mirada quemando, el cuerpo moviéndose felínamente, piensas:  ¿que mas da como se llama esto?.

El sexo es la culminación del deseo.
El sexo deseado por dos adultos, siempre es positivo. El deseo que no se consuma se puede convertir en obsesión.

La calidad del sexo depende mucho de a quien va dirigido.
No todo el mundo reacciona igual cuando depositas tus labios en su cuerpo, cuando dibujas la línea de tu cintura con su costado, cuando tus dedos rozan su cara, sus labios.

Algunos hombres se conforman con mirar, con penetrar.
Otros: miran, atraviesan, se columpian por dentro. El deseo se entrelaza y parece no acabar nunca, provocando con cada orgasmo mas deseo.
Abren una puerta, con valentía, apartando prejuicios para dejar paso al placer.

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