domingo, 1 de junio de 2008

No quiero ser tu amigo



El me dijo: no quiero ser tu amigo.
El, que no era el, era una sustancia convertido en el, me dijo no querer mi amistad.
¿Cuando se puede decir que alguien es tu amigo-a?
Algunos dirían cuando hay mucha confianza, cuando se comparten aficiones. Otros dirían cuando pasa el tiempo suficiente, ellas dirán cuando se es fiel, ellos cuando se esta en los malos tragos...
La amistad requiere de una generosidad e incondicionalidad que no tiene la pareja. El sexo hace potenciar el egoísmo por el deseo. La pasión amorosa condiciona cada uno de los pasos impidiendo "dar sin esperar".
Es mas, bajo los efectos del "amor" uno se consume en la espera. Siempre se espera, por eso el enamoramiento se despide con la decepción, es cuando comienza la etapa creativa del adiós o el amor sin florituras.
Es complicado llevar bien una amistad con sexo y raro es quien no lo fastidia deseando un poco mas de lo que la amistad puede soportar.
La amistad es la parte mas sublime del amor. Es lo mejor de nosotros mismos hecho realidad.

Por eso supe, que cuando el me decía no querer mi amistad, no era el, era la sustancia, posesiva, tirana y rabiosa.
Solo ella quería estar en su cabeza, solo ella quería conocer la verdad.
Yo, consciente de eso y de mucho mas, a sabiendas de que ella viviría siempre en el, invadí el poco espacio que me dejaba con amor. Amor amarillo, amor ternura, amor fidelidad, amor juego, amor silencioso. Amor incondicional.
La sustancia siempre tenia condiciones, necesitaba atención, necesitaba dinero, necesitaba un tiempo y un lugar, necesitaba mentiras y antetodo necesitaba el alma.
Pero tan obsesionada estaba la sustancia por no morir, que se olvidó del espíritu.
Solo por amistad puedo guardarle el espíritu hasta que la sustancia se anestesie y se disuelva de tanta verdad.

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