jueves, 10 de diciembre de 2009

Codependencia

Cuando se está con alguien que tiene una adición, se sufre codependencia.


Estas enganchado a la adición a través de la pareja. Es decir, que sufres una patología adictiva como la persona que consume.

Es por lo que se suele estar mucho tiempo con ese tipo de relaciones. Mas de lo impensable.

Se les disculpa incluso lo que se haya fuera del entendimiento. Por eso te crees una y otra vez las mentiras, el proceso: lo siento, te quiero, te prometo...que se multiplica hasta un infinito inhumano.

No he conocido a nadie que fuese codependiente y a la segunda mentira haya dicho: "Ya esta bien. Adiós."

También tengo que reconocer que solo he conocido mujeres en esta situación, no sé como actuaría un hombre.
Un hombre no está respaldado por la sociedad, pero en este caso, el apoyo de la sociedad, es lo que menos se necesita. Aunque casi todo el mundo este convencido de que si.




Hay tres adiciones con las que son absolutamente imposible convivir: la cocaína, la heroína y el alcohol.
La mayoría de las adicciones rompen parejas, incluso familias. Son incómodas, pero no imposibles para convivir.

El alcohol, a veces, tiñe de agresividad a la heroína y a la cocaína, sobretodo a la cocaína. Donde hay farlopa hay maltrato. Donde hay farlopa y alcohol: hay golpes.


Cuando se está en mitad de los gritos y la incongruencia pasando miedo, no se piensa ni de lejos, que se esté siendo maltratada. ¿Que cosa mas rara, verdad?

Se necesita formación y no ingenuidad para saber que está pasando. No, no es que tengas mucha cultura o un master de psicoterapeuta. Es salir de la pureza, es descomponer tu sistema celular y que te venga un golpe en la nuca dejándote atontada y avergonzada susurrando: madre mía, esto es el maltrato...

Entonces ya, los perdones, las disculpas, la promesas se convierten en látigos de asco, en terror e intentas que no se te note lo que acabas de descubrir.
Tu mente vuelve a funcionar y se pone en marcha ideando como marcharte, con todas las cosencuencias. Como podría encontrarte, a quien acudir, como defenderte. Protegerte y proteger cuanto te rodea.


Cuando se está con un heroinómano, los episodios agresivos son menos intensos. El adicto solo vive para el caballo y cuando te hace caso, es porque la heroína permanece a su lado y no teme que se vaya a ir, la heroína, claro.


Donde hay adicción hay mentira. A veces todo cuanto se puede decir es mentira y ni ellos mismos se dan cuenta.

He oído jurar que era verdad que había comido pescado, cuando era carne lo que había comido.

Seguir la linea que marca la mentira de un mentiroso, puede ser muy entretenido pero te introduce en un mundo muy peligroso: lo absurdo.

Si pones mucha energía en un adicto se puede tambalear tu confianza en los demás, comienzas a desconfiar de todo el mundo y descubres mentiras de manera sistemática.
Cuando se está con un adicto se pierde el equilibrio natural, te acostumbras a vivir con un extraño dolor.


He estado con varias personas adictas. Es imposible de aceptar que uno vuelva a estar con un adicto sabiendo esta información: Siempre se va a sufrir por ello.

La vida me hace encontrarme, de nuevo con otro adicto mas, mas mayor, mas persona. Consigue quitarme el miedo, consigue que supere traumas. Pero es adicto y si algo he aprendido es que, es imposible convivir con un yonky. Lo que no significa, que agradezca eternamente lo que me ha ayudado a entender.

Ahora se que es imposible convivir con un adicto. Nadie saca a nadie de una adición. Nadie puede salvar a nadie de ese tipo de garras.  Puedes dejar, por el camino, herramientas que le faciliten la tarea, pero nunca como pareja.


Entiendo a las mujeres que son maltratadas y no dejan a la pareja.
No es porque no tengan otra cosa, no es por miedo.
Es porque cuando el adicto llega llorando diciendo: lo siento, se lo creen.
Su codependencia se llena de pena, y con la ignorancia mas elevada, se lo creen. Te lo crees, una y otra vez.

La codependencia no se rompe porque te manden al hospital, porque tu familia te diga lo que está ocurriendo o por ver información en la tv. La codependencia hace aguas y se marcha cuando menos te lo esperas: una palabra, una mirada, un detalle que nunca pensaste. Satura tu nuevo sistema celular y ya está.


No recuerdo como me pasó. Recuerdo como me marché. Recuerdo las 93 llamadas al móvil sin responder (no exagero).

No pensaba: pobrecita de mi.

Me sentía avergonzada por haber llegado hasta ahí y anhelaba hacerme invisible.

Pero esto pasa, se supera sin ayuda, supongo que según la edad y la persona.
Hablo de mi

A veces, lo mas difícil de superar no es el maltrato, es ver como cada vez queda menos de la persona que quieres.


Si alguna mujer ha sufrido esto creo que estará de acuerdo conmigo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuando se escribe se está solo. Cuando estas haciendo el acto de escribir estás pensando lo que vas y estas poniendo. Son momentos de soledad íntima que pocas cosas hay en la vida que te la proporcione como es la escritura.

Los sé porque yo también escribo, y no solo soy yo o me pasa a mi sino que es todo el mundo que escribe algo, que escribe sus vivencias, ocurrencias, pensamientos o lo que él mismo elija.

Cuando se escribe es uno mismo, desnudo, el que lo hace. No hay nadie frente a ti por lo tanto no tienes que representar nada ni temer nada, estás solo y puedes sentirte seguro.
Y así se escribe lo que uno es, se escribe la esencia de uno mismo, lo que no nos atrevemos a decir a la cara lo podemos escribir cuando nos sabemos a salvo de miradas o pensamientos de otros.

Raziel, a ti también te pasa, nada más hay que saber quien y como eres y leer lo que escribes. Es tu más profundo ser lo que los demás leen en tus posts. Cuando no te conocen estas a salvo pues no pueden comparar solo tienen como juicio lo que leen, lo que está escrito. Pero cuando hay un punto de comparación (se conoce a la persona que escribe) uno nota lo que el protagonista (la persona que escribe)guarda en su más intimo ser. Sale a la luz de los ojos de los demás y en el marco protegido de la imprenta, tú propio ser íntimo y guardado celosamente.

Pues bien, permíteme decirte lo mismo que he leído de ti en uno de los comentarios de mi blog; "ya no se quíen escribe Raziel o Rachel".
No entiendo que mis árduos esfuerzos en abandonar un mal hábito (mentira o/y adicción) no hayan tenido ninguna clase de fruto y haya nacido la planta estéril. No entiendo como no he logrado absolutamente el más mínimo éxito.

Sé de quíen hablas y ya sé que no todo se refiere a ese JD, pero si hay referencias a él y es por eso por lo que digo lo que estoy diciendo.
Te lo digo con toda mi franqueza y sin un ápice de mentira, en este mundo virtual (de los Mac y los PC) yo tiro la toalla, no me quedan fuerzas para seguir luchando, no me queda nada. Me siento acabado, sin salida y sin esperanza. En serio.
Me desprecio a mi mismo por varias razones, una de ellas por haber mentido, otra por haber estado preso de mi adicción, una tercera por no haber hecho la maleta antes y haber evitado tanto daño.

recojo mis cosas, las meto en mi pequeña maleta y me voy a viajar, me voy a peregrinar al monte sagrado de varias religiones; el monte Kailash, China. Hacía allí me dirijo, con el rabo entre las piernas, con la cabeza agachada, con mi vergüenza inundando todo mi ser.
Pero con un miligramo de dignidad, el necesario para iniciar mi camino.

JD (el que siempre sintió devoción y más que eso, amor, por el pollito amarillo)

Datos personales

Mi foto
quemeestasdiciendo@gmail.com