Con ganas de un poco rutina. Con ansia de saborear lo conocido.
En los aeropuertos se ve mucho de la esencia humana. La cantidad de estupidez esponencial que
contiene la especie humana, en particular la que vive en la parte meridional de Europa.
La mezcla explosiva es familia con niños en pleno verano. Los madrileños los mas paletos, con su aire de
"me recorro todos los centros comerciales del sur de la comunidad".
Madrileños de pueblos de Madrid
El madrileño ese animal que hace cola y espera sin saber para que.
El madrileño enamorado del libro de reclamaciones y de sus derechos. Porque el es de una gran ciudad, aunque solo la pise para
ir a Cortylandia
El madrileño impaciente, neurótico siempre con prisa sin respetar costumbres ajenas,
sin interesarse ni observar otras formas de vida.
Dentro del aeropuerto se ponen mas en evidencia. Mimetizan todos los movimientos del que creen saber mas.
Si vas al baño ellos van, si bebes agua de la fuente, ellos también , si pasas por el detector sin caja, si vas por el andador giran sobre si mismos y suben...Te da ganas de llevar un paraguas rojo como los guías que agrupan turistas a su alrededor.
Vuelvo a casa. Vuelvo a Madrid ciudad cada vez mas hostil, cada vez mas provincia de Ecuador, cada vez mas Ikea: "República independiente de tu casa"
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