miércoles, 29 de julio de 2009

Lejos


Todo tiene su momento.
Ahora sobre la cama de un hotel.


Todo tiene su momento y ante mi falta de recursos y de creatividad he tenido que pedir ayuda hasta a un desconocido.

La falta de control de sentimientos, los insultos, el dolor tiene su momento.
También el perdón, el arrepentimiento y el desconcierto tiene su momento, aunque este provocado por algo que empuja con fuerza como
mi adición, la cual me vino sin esperarlo, la cual no se como tratar.

De nada sirve decir lo siento. De nada me sirve pedir ayuda de forma
descerebrada, puesto que, me he convertido en un producto de la
mediocridad.

Mi rumbo es incierto, perdí todo dando sin esperar nada.
Mi postura ante la vida es esa:
buscar huecos que me dejen llenar.

Ahora, algo perdida, es el momento de escribir un post inconexo.

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