
Cuando somos niños siempre suele haber unos "educadores" que adiestran nuestra capacidad de frustración. "Si tomas eso te vas a poner malo", "no digas eso pues molestarás", "si te portas bien tendrás lo que quieres"...y en otras ocasiones hay un "no" y "porque yo lo digo".
Desde niño se siente deseo y frustración por no cumplirlo, pero el niño lo metaboliza como parte natural de la vida, no como un castigo de la misma.
Cuando el sexo, el deseo o el amor entra en juego, nunca se piensa que hay mas precio que disfrutar al máximo de esa experiencia.
En esta vida todo tiene un precio y el mejor método para hacer de ello un " comercio justo" es ser consecuente con cada una de las acciones que hacemos.
El precio de la mentira, se mide en tiempo, cuanto mas se miente queda menos tiempo junto a esa persona. El precio del engaño a uno mismo, se mide en rabia por falta de entendimiento. ¿Como es posible que me deje si era para siempre?.Y todo ello hace un lazo que envuelve a la confianza, cuando hay mas mentira y engaño, queda menos confianza y comienzan los números rojos de cualquier relación.
Tuve un amigo que decía: miento para no perderte. Nunca se dio cuenta que tantas mentiras impidieron llegar a tenerme. Supongo que piensa aun porque coño tuve que ver las mentiras y darlas tanta importancia, total un poco de amor y sexo no puede traer malas consecuencias.
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